No podemos vivir contrariamente a nuestras creencias en ningún lado. No podemos tener un doble estándar de vida en el hogar. Si lo hacemos, nuestros hijos no querrán servir a Cristo.
¿Cómo debería ser un cristiano en el lugar de trabajo o donde está cursando sus estudios? Usted tiene la respuesta. Probablemente no se había formulado ese interrogante, pero es importante que lo haga.
Recuerde que, predicamos más con los hechos que con las palabras. Uno de los principios a partir de los cuales debemos partir, es nuestra actitud frente a los superiores y personas con las que interactuemos, en donde quiera que nos desenvolvamos.
El apóstol Pablo lo planteó en los siguientes términos:
“Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos en todo, que sean complacientes, no contradiciendo, no defraudando, sino mostrando toda buena fe, para que adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador en todo respecto.” (Tito 2:9–10 | La Biblia de Las Américas)
No podemos vivir en contravía a nuestras creencias. Nuestras vidas deben coincidir con lo que decimos que creemos.
¿DESHONRAMOS EL EVANGELIO?
¿Cuándo no honramos las Buenas Nuevas de Salvación? Cuando le sustraemos a la compañía, cuando utilizamos los teléfonos y las computadoras del trabajo para uso personal, cuando alargamos la hora del almuerzo, cuando nos llevamos los lápices, cartulinas, bolígrafos o cualquier otra cosa que podríamos conseguir en una papelería cercana.
Es como si adornáramos el evangelio con harapos y, después, pasar distribuir a todos sus compañeros de trabajo.
El apóstol Pablo declara:
“Ustedes son nuestra carta, escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres” (2 Corintios 3:2).
Esta verdad no solamente se aplica al trabajo. No podemos vivir contrariamente a nuestras creencias en ningún lado. No podemos tener un doble estándar de vida en el hogar. Si lo hacemos, nuestros hijos no querrán servir a Cristo. Si hacemos trampa, o tenemos un temperamento explosivo, vestimos el evangelio con harapos.
La realidad es que nosotros somos la única Biblia que las personas leerán. Ellos están viendo nuestras vidas.
APROVECHE EL PERDÓN DE DIOS Y CAMBIE
Estamos a tiempo para identificar en qué estamos fallando y aplicar cambios. El perdón de Dios actúa muy parecido a la pantalla mágica. Él borra nuestro pecado y crea para nosotros un lienzo nuevo.
Aunque recordemos nuestros errores, Dios decide perdonar y olvidar. Los borró y no los tendrá más en cuenta. No nos trata según nuestras acciones pecaminosas (Salmo 103:10), sino que extiende su gracia mediante el perdón.
Tenemos una pantalla limpia, y podemos ser librados de la culpa y la vergüenza por su asombroso regalo para nosotros.
El salmista nos recuerda que nuestros pecados han sido separados de nosotros como lo está el este del oeste (Salmo 103:12). ¡Es imposible llegar de uno al otro! A los ojos de Dios, nuestros pecados ya no cuelgan de nosotros como una letra escarlata o un mal dibujo. Por esta razón, nos regocijamos y agradecemos a Dios por su gracia y misericordia asombrosas.
© Fernando Alexis Jiménez | Ministerios Vida familiar | #RadioVidaFamiliar
Le invitamos a leer los siguientes contenidos:
- ¿Realmente Jesucristo es Dios?
- Descargue Gratis el libro “Evidencia que exige un veredicto”
- Cinco principios para edificar hijos victoriosos