Si usted es un líder comisionado por Dios, tenga la certeza de que, con su ayuda divina, comprobará que será fructífero. La razón es sencilla, Dios es quien da la visión, la provisión y la bendición.
Dios es quien nos llama a ejercer un liderazgo en los diferentes espacios en los que nos desenvolvemos: la familia, el trabajo, la sociedad y la congregación. ¿Está consciente de esa responsabilidad?
Cuando el Señor nos convoca a cumplir una misión específica, lo confirma. Un ejemplo, lo encontramos en Moisés. Le invitamos a leer lo que enseña la Palabra:
“Y florecerá la vara del varón que yo escoja, y haré cesar de delante de mí las quejas de los hijos de Israel con que murmuran contra vosotros. Y Moisés habló a los hijos de Israel, y todos los príncipes de ellos le dieron varas; cada príncipe por las casas de sus padres una vara, en total doce varas; y la vara de Aarón estaba entre las varas de ellos. Y Moisés puso las varas delante de Jehová en el tabernáculo del testimonio. Y aconteció que el día siguiente vino Moisés al tabernáculo del testimonio; y he aquí que la vara de Aarón de la casa de Leví había reverdecido, y echado flores, y arrojado renuevos, y producido almendras.” (Números 17: 5-8 | RV 60)
Reflexiones alrededor de la encomienda de liderar, cuando proviene del Padre celestial:
- Dios respalda a sus líderes.
- Dios es quien abre las puertas y cambia las circunstancias.
- Dios pone paz en nuestro corazón alrededor de la misión que debemos desarrollar.
- Dios quita progresivamente los obstáculos que salen al paso.
- En nuestro desenvolvimiento, no podemos dar lugar al desaliento ni, tampoco, contemplar la posibilidad de volver atrás.
Si usted es un líder comisionado por Dios, tenga la certeza de que, con su ayuda divina, comprobará que será fructífero. La razón es sencilla, Dios es quien da la visión, la provisión y la bendición.
Ahora, tenemos para usted cuatro recomendaciones sencillas:
- Pídale a Dios que le muestre qué hacer en cada situación.
- Pídale que le muestre la ruta a seguir.
- Sea fiel a Dios y persevere.
- No dé cabida al desaliento.
Tenga en cuenta que nuestro adversario, Satanás, querrá que no siga adelante. Por ese motivo, debe esforzarse. Para lograrlo, préndase de la mano del Señor Jesucristo.
A propósito, ¿ya recibió a Jesucristo como su único y suficiente Salvador? Hoy es el día para que lo haga. Permita que Él reine en su vida y en su hogar, es la mejor decisión que podemos tomar.
© Fernando Alexis Jiménez | Ministerios Vida Familiar | #RadioVidaFamiliar
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