Reviste importancia definir qué es urgente, importante y prioritario. Esto aplica a todas las áreas de nuestro desenvolvimiento cotidiano. En ese orden de ideas, es necesario hacer un alto en el camino y revisar cuáles son nuestras prioridades.
Aquello a lo que le damos mayor prelación termina por convertirse en el punto hacia el cual enfocamos sueños, esfuerzos y hasta el proyecto de vida. Permitimos que nos inquiete la economía, el reconocimiento social, el crecimiento laboral y sinnúmero de asuntos que nos desgastan, pero que no traen felicidad, realización plena y, menos, llenan nuestro mundo interior.
Nuestro amado Dios y salvador Jesucristo lo plantea en los siguientes términos:
“Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.” (Lucas 12: 34 | RV 60)
El experto en temas de planificación y catedrático universitario peruano, Omar Guevara, anota lo siguiente:
“Sin una adecuada gestión del tiempo, las rutinas laboral y personal consumirían un lapso innecesario que afectaría la calidad de vida. Es necesario determinar aquellas metas que se quieren cumplir a corto plazo; por ejemplo, las que demandan más tiempo, concentración, esfuerzo y dinero. Se trata de establecer un orden y otorgar mayor inversión a un objetivo por sobre otro, sin descartar ni descuidar ninguno.”
Reviste importancia definir qué es urgente, importante y prioritario. Esto aplica a todas las áreas de nuestro desenvolvimiento cotidiano. En ese orden de ideas, es necesario hacer un alto en el camino y revisar cuáles son nuestras prioridades.
- ¿Qué lugar ocupa Dios en nuestra vida?
- ¿Cómo anda nuestra relación familiar, con el cónyuge y los hijos?
Cuando nos formulamos estos interrogantes, sin duda concluimos que hay esferas en las que es urgente imprimir cambios, profundos y duraderos, con ayuda de Dios.
Al tomar esta decisión, lo más probable es que debamos reorientar nuestras prioridades, determinando qué es lo verdaderamente gratificante y al mismo tiempo edificante para nosotros y nuestra familia.
Tenga presente que lo verdaderamente importante para tener paz interior, no tiene precio.
¿Fácil? Por supuesto que el proceso no es fácil, pero con ayuda de Dios, podemos lograrlo.
A propósito, ¿ya recibió a Jesucristo como su único y suficiente Salvador? Hoy es el día para que lo haga. Permita que Él reine en su vida y en su hogar, es la mejor decisión que podemos tomar.
© Fernando Alexis Jiménez | Ministerios Vida Familiar | #RadioVidaFamiliar
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