Recuerde que Dios promete que, si usted ayuda a los hambrientos y ministra a los que tienen su alma afligida, Él satisfará su alma durante la sequía. Antes que enfocarse en sus problemas, en el hecho de que se siente deprimido, en la injusticia de que eso que le esté pasando, ayude a alguien en necesidad.
Fernando Alexis Jiménez | Editor de la Revista Vida Familiar
La vida cristiana es, en esencia, algo práctico. No basta con tener conocimientos, sino vivenciar. Es como quien sabe cuál es la sumatoria de dos más dos, pero a la hora de recibir el cambio en un almacén, desconoce cuál es la operación matemática que debe hacer para conocer cuánto debe cancelar por los productos.
Cuando vamos a la Palabra leemos que Isaías 58:10-11 que al vivenciar a Dios entre quienes necesitan, seremos bendecidos por él en todas las áreas: física, espiritual, material y—por supuesto—familiar.
“… y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía. Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.” (Isaías 58:10-11 | RV 60)
Si usted es una persona proclive a la depresión y se siente como si experimentara un gran vacío en su vida, le propongo una receta basada en este pasaje. ¿Está listo?
Ayude a alguien más. De hecho, busque un lugar en su iglesia, centro comunitario, o el Ejército de Salvación o el centro de ayudas del sector donde se desenvuelve, donde pueda ministrar a personas que estén atravesando situaciones bastante difíciles. Done de su tiempo algunos días a la semana, y ayude a otros que estén pasando momentos difíciles.
Recuerde que Dios promete que, si usted ayuda a los hambrientos y ministra a los que tienen su alma afligida, Él satisfará su alma durante la sequía.
Antes que enfocarse en sus problemas, en el hecho de que se siente deprimido, en la injusticia de que eso que le esté pasando, ayude a alguien en necesidad. Ponga las cosas en perspectiva. Hay muchas personas que están en peores condiciones que usted y yo, y se dará cuenta de que Dios traerá la lluvia en su vida cuando cambie su enfoque. Si su alma está seca, la manera de regarla es ayudar a alguien más. Cuanto más pronto, mejor.
Si no ha recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador, hoy es el día para que lo haga. Es el principio para experimentar una vida de realización plena.
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